Statement de artista

Días antes de morir, mi bisabuela me regaló su vestido de novia.   La prenda permaneció guardada en una caja de cartón durante nueve años, hasta que se convirtió en la inspiración y en el elemento central de un libro de artista, una serie de fotografías y cuatro instalaciones de mi autoría.  Usé el vestido de novia para cuestionar las tradiciones transmitidas de generación en generación, y el significado de ser madre, hija y esposa.

A partir del uso de este vestido en mi trabajo temprano, he utilizado pertenencias heredadas y objetos significativos como elementos centrales en casi todos mis proyectos.

La memoria, la historia familiar, la fragilidad y el encierro son temas que se han hecho presentes en mi trabajo desde hace casi veinte años.  Expreso estos temas por diversos medios, que incluyen instalaciones, fotografía, video, escultura y escenografías teatrales.

A los 22 años de edad, mientras estudiaba Historia del Arte, sufrí un accidente automovilístico muy grave que me mantuvo en cama durante meses.  Cuando podía, me sentaba y pintaba temas relacionados con el dolor extremo, la frustración y el aislamiento.  Me di cuenta de la fragilidad del cuerpo humano y cómo éste se puede quebrar y rehabilitar.  Estar en una cama de hospital también me hizo pensar en el concepto de reclusión.

Años después de recuperarme del accidente fotografié mi propio cuerpo, así como los de mi familia y amigos, indagando en la experiencia de sentirse atrapado.  Las radiografías que había visto en el hospital influyeron en este trabajo —fotografías de fragmentos del cuerpo tomadas de muy cerca e impresas en superficies translúcidas.

Mi trabajo pasó de ser bidimensional a tridimensional cuando comencé a crear cajas de madera, del tamaño de gabinetes médicos, recubiertas de metal, con tapas de vidrio y espejos en el interior.  Adherí las fotografías semitransparentes en la parte frontal y coloqué objetos dentro de las cajas.  Los materiales utilizados evocaban el hospital:  metales, vidrios, paredes blancas, velos y fotografías que recordaban las radiografías.

A través de estas cajas quería evocar la experiencia vivida en el hospital, de estar atrapada en un espacio antiséptico del cual no puede uno escapar.  De igual modo este trabajo hablaba de la experiencia de estar atrapados dentro de nuestros propios cuerpos y mentes.

Estas cajas recuerdan asimismo las vitrinas que se utilizaban en el siglo XIX para conservar objetos preciados.  Al colocar las imágenes del cuerpo y los objetos dentro de las cajas, se vuelven preciosos pero también inalcanzables.  El uso del velo blanco en mi trabajo se refiere al hospital, pero también a la novia que debería ser pura y está atrapada detrás de su velo y separada de los demás.

Estas cajas son el origen de todo lo que he hecho desde entonces.

Al crear una caja empiezo con un objeto que posee una historia o proviene de la naturaleza.  Puede ser un libro antiguo, una prenda de vestir, una pertenencia heredada, una pluma, hueso o concha encontrados en un lugar especial.  El espectador tiene que mirar a través de la fotografía translúcida para ver el objeto, y detrás de éste ve su propio reflejo en el espejo.

Mi intención ha sido que la experiencia de asomarse a la caja, a través de varias capas, recordara los diferentes niveles de emociones que experimentan los seres humanos, emociones que a veces se encuentran ocultas, atrapadas o veladas por otras emociones.

Ahora, a menudo realizo instalaciones, de modo que el espacio íntimo de la caja crece lo suficiente para contener al espectador, quien experimenta la pieza desde el interior, y no sólo asomándose desde afuera.  Realizo este trabajo dentro de un espacio arquitectónico.

Mi trabajo reciente incluye fotos de pertenencias heredadas, proyectadas sobre los cuerpos de las personas que las recibieron en legado, y a quienes fotografío.  Los objetos que elijo tienen un valor emocional e histórico para los sujetos.  Estas proyecciones superpuestas buscan atrapar a los cuerpos detrás de los objetos.  Las fotografías resultantes muestran cómo el pasado marca nuestros cuerpos en el presente, y constituyen parte de una memoria colectiva.

Todos vamos por la vida cargando con el poder y el peso de los recuerdos.  Mi intención es mostrar el poder que estos recuerdos ejercen sobre nosotros, y transformar la memoria invisible en visible.

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